Viendo los distintos asuntos que se han tratado hoy en las distintas ciudades que acogen nuestros encuentros estivales, bien podríamos hablar hoy de la importancia que pueden tener las transiciones. Saber abandonar un estado para pasar a otro sin que el cambio resulte traumático, frustrante o decepcionante se perfila como un arte en el que teoría y práctica deben conjugarse a la perfección, completándose con ciertas dosis de experiencia que la historia -bien con mayúsculas, bien con la minúscula de cada individuo- pueda aportar al proceso.
En Ávila, por ejemplo, Gabriela Topa -directora del curso sobre envejecimiento activo y productivo- ha explicado a los medios de comunicación y a sus propios alumnos que nuestros mayores afrontarían mucho mejor su retirada del mundo laboral si se generalizaran las medidas que promueven una disminución paulatina ya sea de las horas de trabajo, ya sea de las tareas a desempeñar, que ya existen en muchos países de Europa y que en España, por el contrario, todavía son escasas. Así, uno no se encontraría de repente "expulsado de una rutina que incluye una jornada laboral de 8 o más horas y se encuentra con 24 horas que llenar de ocio o de nuevas actividades que ni se ha parado a programar", ha explicado Topa.
Otro paso importante en esta vida es alcanzar la felicidad tras una situación de desánimo general, como puede ser la crisis que vivimos, o después de un problema personal, familiar, etc. En este caso no todo depende de ayudas externas o gubernamentales, sino que nosotros mismos podemos -y debemos- desarrollar determinadas competencias socio-emocionales para conseguir tan preciada meta. Una ayuda es la tan traida y llevada "inteligencia emocional", en la que han profundizado en Plasencia.
Lamentablemente, también se da el caso inverso. La mujer ha experimentado una de las más lamentables transiciones de la Historia pues, a pesar de que, originalmente, en los cultos más primitivos que se conocen, la deidad era una mujer asimilada en general a la idea de Gran Madre, que reproducía la estructura matriarcal de las sociedades primigenias, con el advenimiento del patriarcado la mujer quedó relegada a un segundo plano en todos los órdenes, también en el religioso. Así lo han contado en Baza.
De transiciones también saben mucho los internos del Centro de Penitenciario de Albolote, que en la mayoría de los casos deberán superar una situación de exclusión social para alcanzar la integración plena una vez superado su periodo de reclusión. En el curso que han podido compartir con alumnos externos les han dado algunas claves.
Para terminar, hay algunas transiciones que son definitivas... como la que han vivido en Baleares, donde ya han clausurado su curso sobre inmigración, convivencia y ciudadanía.
Nosotros vamos a practicar pasando de hoy... a mañana.
Itziar Romera
1 de julio de 2010
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"Saber abandonar un estado para pasar a otro sin que el cambio resulte traumático..." es una gran frase donde "saber" adquiere una importancia crucial. Cuando la vida te ha retado duramente desearías haber tenido, en aquellos momentos, más competencias socio-emocionales, son muy importantes.
ResponderEliminarFinalmente después de cuatro años, este curso he podido volver a sumergirme en mis añorados apuntes, papeles, lecturas y libros. Los hube de cambiar para clasificar constantemente otro tipo de papeles: informes médicos.
Me ayudó mucho un gran libro que no muy grueso: El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.