21 de julio de 2010

Cursos con C de corazón


Alfonso Rojo, ayer corresponsal de guerra en la Nicaragua sandinista, en Irak o Afganistán; hoy director de Periodista Digital, cuenta a David López, en Guadalajara, como es la vida en pleno conflicto; cómo hay que protegerse tanto de las balas como del dolor de los que pierden a su gente, su casa, su cultura y su país. Cómo hay que hacer, en definitiva, de tripas corazón, para sobrevivir a las adversidades en campos de batalla incendiados por el odio y páramos asolados por la sinrazón.


Su tocayo, Alfonso Romo ha puesto el corazón en cada una de las imágenes que adornan estos días las paredes del centro asociado de Guadalajara. Él, que empezó como periodista gráfico y dio el salto hacia la fotografía artística, forma parte de los nuevos valores creativos alcarreños y es un claro exponente del universo UNED. Colgó los libros muy joven y sólo cuando tuvo su camino profesional perfilado volvió sus ojos hacia el estudio. De porqué eligió nuestra casa para convertirse en sociólogo habla con Pilar Herranz, rodeado de los cuadros de la exposición Forma 2010.


Desde Julio César al más bisoño aprendiz de concejal de nuestros días, el discurso de todos los políticos apela a los sentimientos y las emociones. Se trata de mover las voluntades de quienes escuchan, hacia los intereses de quienes les arengan. El uso de ese atajo, que atraviesa el corazón para conquistar la mente, fue la tesis que defendió el profesor Jesús Alcolea en el Parlamento de Cantabria, durante su conferencia sobre la manipulación en el curso ‘La argumentación y las prácticas de argumentar en la gestión del discurso público’.


Los corazones de las centrales eólicas se han vuelto viejos. Muchos de estos pequeños generadores, poco potentes y muy ruidosos, serán cambiados en breve por otros de nueva generación, mayores, silenciosos y con 10 veces más potencia que los actuales. Todo un proceso de avance sin pausa hacia las energías renovables que le ha contado, en el Barco de Ávila, el profesor José Luís del Valle-Inclán a Sol Polo, y ella a nosotros.


Málaga, de la mano de Juan Francisco Buenestado, clausura sus cursos de verano. Pero nos deja abierto un camino: el que va del corazón de los orientadores al corazón de los alumnos. Porque esta figura, clave en cada centro educativo, está pensada para borrar, con afecto y constancia, la frontera que separa el fracaso del éxito escolar. También empeño y cariño han pueso en los cursos de verano de Pontevedra, según nos cuenta Isabel Quiñones en una audionoticia.


Si alguien pone el corazón en cada letra que escribe, es el cronista oficial de la villa, una figura mitad periodista, mitad historiador, que atesora y luego relata con mimo los acontecimientos que conmueven a su ciudad o su pueblo. El de Guadalajara se llama Antonio Herrera Casado y presentó en los cursos de verano el aspecto menos conocido de la capital alcarreña: su papel como anfitriona de visitantes de estas y otras épocas. No fueron muchos, pero sí muy importantes. Casi tanto como los que la están visitando estos días con motivo de nuestros cursos de verano.

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