8 de julio de 2010

El goce de los sentidos


Estimular los sentidos y gozar del placer de vivir las sensaciones en toda su dimensión no siempre es fácil. A veces hay que buscar recursos externos para conseguirlo y, en nuestros cursos, son muchas las opciones para llegar a conseguirlos.

Se puede pasear, ya sea a pie, ya sea en barco. Concretamente en catamarán, contemplando desde la inmensidad del océano la pequeñez de la ciudad de Dénia, en grave contraste con la grandiosidad de su belleza, tal y como han hecho los alumnos de esta localidad alicantina. O acompañando al majestuoso Tajo en su recorrido por tierras alcarreñas, al tiempo que descubrimos cómo los ríos transforman el paisaje y se convierten en 'ejes vertebradores de vida'. Y si de disfrutar de lo que vemos se trata, nada mejor que contemplar el arte con el que nos deleitaron nuestros antepasados prehistóricos. Un magnífico ejemplo de ello se encuentra en Gijón, en la Cueva de Candamo.



De percepción de emociones llevan unos días hablando en Guadalajara, aunque se han centrado en cómo se hacía en la Edad Moderna. Todo cambia, todo evoluciona, y los sentidos tampoco escapan a la transformación: las formas de vida se desarrollan dependiendo de la percepción de las emociones y los sentidos afectan a todas las áreas de nuestra vida, incluyendo el espacio doméstico, que se transforma al mismo ritmo.

Con la vejez llega una de las mayores transformaciones que experimentan los sentidos y las sensaciones: se deterioran, se ralentizan... pero a los que todavía no lo sufren les cuesta comprenderlo. Por eso, en Madrid han hecho un taller donde a algunos alumnos se les han colocado distintos artefactos que impedían su percepción. El resultado final: 18 minutos para resolver situaciones tan cotidianas como ponerse un café o pagar la compra. El resto, tan sólo 6.

De situaciones similares saben mucho los principales receptores de los conocimientos que se están exponiendo en Baza: las personas con discapacidad, en cuyo beneficio se trabaja desde la UNED y el resto de universidades. ¿El objetivo? Que la discapacidad se entienda como un factor de diversidad, no como sinónimo de deficiencia.

Placeres mundanos

Un buen spa, un buen libro de un buen autor, un buen vino... no hace falta irse muy lejos para poder encontrar aquello que estimule los sentidos, aunque el goce se ha cuidado desde antiguo. Los romanos, por ejemplo, ya disfrutaban de sus termas, como las de Alange, visitadas hoy por los alumnos de Mérida.



No, no nos olvidamos del placer por excelencia. El placer en compañía todo lo cura pero, como todo en esta vida... siempre es mejorable. Por eso, en Mérida, están celebrando un curso sobre Educación Sexual.

Itziar Romera

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