La posibilidad de ser feliz a pesar de la crisis es el título de uno de los cursos que ha comenzado hoy en Plasencia. El título del mismo está formulado con carácter interrogativo y nosotros, que somos positivos por naturaleza, intuimos que la respuesta al final de la semana será positiva. Sí, seguro que se puede. Se puede ser feliz a pesar de la crisis, y a pesar de los distintos factores de exclusión social que amenazan a determinados colectivos y los abocan a la reclusión penitenciaria, incluso se puede ser feliz a pesar de las barreras a las que se enfrenta la mujer aún en el siglo XXI por el mero hecho de ser eso: mujer.
A ser felices en tiempos difíciles enseñarán, de una u otra manera, tanto en el Centro Penitenciario de Albolote, en Granada, como en la sede de la UNED en Baza, pues una de las formas de superar obstáculos es conocer a fondo la forma en que se producen, y a ello se van a dedicar los expertos que participarán durante las próximas jornadas en los cursos Exclusión social y prisión: experiencias contadas en primera persona y La mujer víctima de la cultura: barbarie, injusticia y desigualdad sobre las mujeres en el mundo, respectivamente.
Aún así, si con el conocimiento teórico no es suficiente, en Ávila darán algunos trucos prácticos para llegar a ser felices. Dicen los que saben de regulación emocional que la positividad es la clave para alcanzar el éxito en la siempre costosa empresa de llegar a ser felices. De momento, y para ayudar a ver la vida de otra manera, compaginarán este curso con otro sobre las bondades del jamón y el vino repleto de catas de ambos productos. Práctico… ¡muy práctico!
Itziar Romera
28 de junio de 2010
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