En ocasiones, la vida nos obliga a enfrentarnos a acontecimientos adversos que, en función de cómo los resolvamos, aportarán a nuestra historia vital experiencias y conocimientos de los que extraer diversos aprendizajes. Nuestra forma de resolver estas situaciones determinará nuestro grado de resiliencia de tal manera que, si al final del proceso nuestra fortaleza personal ha crecido de forma significativa, sea cual sea el desenlace, podremos afirmar que tenemos esta capacidad muy desarrollada.
Si no es así, podremos recurrir a un experto para que nos ayude a mejorar esta habilidad social. Seguramente ellos se habrán formado previamente, tal y como van a hacer los 45 profesionales de las áreas de la psicología y la sanidad que comenzarán mañana en Palma de Mallorca un curso-taller en el que aprenderán a manejar diversos recursos para aumentar la resiliencia.
Se centrarán en tres áreas: los conflictos interpersonales a través de la comunicación, el desarrollo de las habilidades sociales en niños y adolescentes (incluida la prevención del acoso escolar) y la gestión de la expresividad y la afectividad mediante la música en casos de limitaciones cognitivas por razones genéticas o degenerativas.
Y todo ello, en el incomparable marco que rodea a la sede mallorquina.
Itziar Romera
23 de junio de 2010
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